viernes

El lado bueno de las cosas

  Solemos pensar, cuando nos dicen que todo tiene un lado bueno, algo así como "¿Y ésto qué tendrá de bueno? A ti me gustaría verte aquí."
   Sí, es verdad.... No queremos pasar por situaciones traumáticas para aprender nada. De hecho, yo soy la primera que tengo una frase "Si la vida me tiene que enseñar algo, que me lo de en un libro , que soy buena estudiante". Pero las cosas no son así. 
   Hace poco, cuando defendí a capa y espada que la vida merece la pena (en contra de la opinión de 20 personas) me hicieron un pregunta. "¿Cómo puedes decir eso? La vida es una lucha. ¿A ti se te ha muerto alguna vez alguien?" Y yo, que ante preguntas así, me crezco (y aprovechando que era sábado y la Iratxe psicóloga estaba aparcada hasta el lunes siguiente) contesté un: "Pues mira, el hecho de ser psicóloga no convierte a mis amigos y familiares en inmortales". Y el pobre chico se calló. Quede claro que luego le pedí disculpas, pero me cuesta que la gente asuma que como intento ser lo más positiva posible, no he sufrido. De hecho he sufrido mucho en mi vida. Como cualquiera. Pero también he vivido mucho y bueno. Como cualquiera. Y de aquí, viene ésta entrada. 

   Lógicamente, éste blog no es para contar mi vida. Ni para decir que yo puedo dar más penita que nadie. Pero sí, los psicólogos, a veces, vamos atrabajar con un mal día a cuestas. Como todos. Y hasta hay veces que tenemos que darnos un tiempo por que lo que estamos viviendo, no nos permite seguir con los tratamientos o terapias. Somos personas. Lo que sí es verdad es que (por ser psicóloga o no) intento que las  malas situaciones no me puedan. Sigo adelante tras un pequeño descanso. Y las cosas malas, traen puntos positivos... Os lo digo yo que ayer mismo pasé por algo muy difícil, de esas cosas que no tienen un lado bueno ni de casualidad. 

  ¡O eso pensaba yo! Poniendo en una balanza lo malo pesa un millón más que lo bueno, pero como no se puede evitar la parte desagradable... Lo bueno lo tuve presente. Mucho. Por que si no, me hundo. Por que si no hoy no me hubiera levantado de la cama. Aprendí que la espera y el no saber hacen que los miedos crezcan y se vuelvan monstruos enormes contra los que "no podemos". Aprendí que cuando nos enfrentamos a algo fuerte, muy fuerte, nosotros somos aún más fuertes, que no hay nada que nos pueda. Que el dolor da ganas de morirse, pero no mata. Y que después de haber pasado por ésto, he visto a una Iratxe mejor, que puede con todo. Que sufre, pero del sufrimiento puede crecer. Una Iratxe con menos miedo y más valiente. Y ésta entrada no es más que un apoyo a todos los que lo estáis pasando mal. Que si yo he podido, vosotros también. 

Pero sobre todo es un agradecimiento a todos los que han estado acompañándome, de una u otra forma.


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