lunes

Cuando la depresión entra por la puerta de tu vida....

... parece que tu vida salta por la ventana.

Hace poco que leí en algún lado que somos el segundo país mundial en consumo de ansiolíticos y antidepresivos. No pudo citar la fuente, pero sea o no verdad, sólo sé que que consumimos demasiados. 

La depresión y la ansiedad en nuestra época son una epidemia. Se contagia y se palpa en el ambiente. ¿Qué es la depresión? No voy a dar la respuesta de un médico ni la del DSM IV (manual diagnóstico y estadístico que usamos los psicólogos). Entiendo la depresión como un estado anímico en el que nada tiene sentido. Hay veces que se debe a algo objetivo que nos ha pasado y otras, las más difíciles que llega de manera silenciosa y se instala dentro de nosotros, llenando todas las facetas de nuestra vida. 

La sensación de no poder, de no saber, esa sensación de pérdida de sentido es lo que nos ata por dentro. Si no hay ganas de vivir, si no sabemos porqué ni para qué estamos vivos, todo pierde sentido. Depresión noógena, yo me quedo con esa primera palabra. Viktor Frankl acuñó éste término, por que venía de una tristeza de espíritu, y sólo os que lo han pasado o tienen contacto indirecto con ello, lo pueden entender. Duele hasta el alma. Es algo que no se puede explicar, que sólo se puede sentir. Muchas veces vienen personas a mi consulta y me piden un alivio, una explicación a  ese dolor interior que no da descanso. ¿Cómo puede ser que lo más profundo del ser humano sea sólo química?

No quiero decir que no haya otro tipo de depresiones, que las hay, las exógenas y las endógenas. Son ésas que se solucionan con química y esas otras que vienen por na razón externa a nosotros.

La depresión noógena viene de la falta de sentido y trascendencia de la propia vida. Extractos de las obras de Viktol Frankl nos lo explican:

"En última instancia hay que entender la neurosis como un sufrimiento del alma que no ha descubierto su significado. Aproximadamente, una tercera parte de mis casos no padecen un una neurosis científicamente definible, sino de la falta de sentido y de propósito en sus vidas."

"Ay de aquel que no vea una meta en su vida, delante suyo, cuya vida no tenía contenido, no descubría un fin en ella, se esfumaba el sentido de su existencia... Tales personas que de ésta manera ya no tenían a qué aferrarse, se dejaron caer enseguida. La contestación típica con la que se enfrentaron a todos los argumentos para darles ánimo, era siempre: "Yo ya no tengo nada que esperar de la vida."

Sólo hay una opción. Buscar aquello que nos hace sentir bien desde lo más profundo de nuestra alma. No hay nada esotérico en ésto. Mucha gente me tachará de poco científica en tiempos en que mi profesión quiere llegar a ser una ciencia. Puede ser, pero tratamos con lo más profundo de las personas, y eso no es científico. 

Y yo lo único que he aprendido es que cuando desaprendemos lo que nos han enseñado, nos despojamos de las ropas que nuestra cultura nos ha "obligado" a vestir y elegimos lo que a nosotros nos apetece, desaparece esa sensación de vacío. Llena ese hueco con la vida, que cuando te inunda, no tiene freno. Baila, canta... festeja la vida aunque no hay aparentemente nada que festejar. Comete un helado en verano o un chocolate caliente en invierno. O al revés. Y ponte una meta, algo que de sentido a tu vida. Un "algo" que te haga sentir bien.

Es tu yo más real, más puro el que te habla, y te dice que no te has cuidado, que no has tenido en cuenta lo suficiente tus propios placeres y necesidades. Esa tristeza interior brutal, es sólo el síntoma de que como no vives tu vida... Ya casi has muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para todo lo que quieras preguntar o compartir.